La celebración de Nuestra Señora de Guadalupe, el 12 de diciembre, brinda la gran oportunidad para implementar una liturgia bilingüe. La Emperatriz de las Américas, nuestra Madre de Guadalupe ocupa el lugar que merece en todo el continente americano. Por eso, los nacidos cerca de la tierra del Tepeyac debemos descartar la noción de que Nuestra Señora es sólo nuestra. Compañeros, los exhorto a ser muy hospitalarios; ofrezcamos una bienvenida más calurosa a quienes deseen incorporar esta maravillosa devoción a su vida de fe.
Recomiendo ofrecer al menos una misa bilingüe en esta gran esta; inviten a toda la parroquia y a otras comunidades. Es común que haya una Misa en la mañana después de Las Mañanitas y otra Misa en la noche, con rosarios comunitarios, otras devociones y actividades durante el día. Si su parroquia sólo ofrece una Misa, les sugiero que hagan algo diferente este año. Arriésguense. Ofrezcan esa hospitalidad radical que nuestro amado Papa Francisco demuestra constantemente. Sean los portadores de la buena nueva del mensaje de Nuestra Señora con su testimonio de vida.
Hay cantos maravillosos que les pueden ayudar a uni car las voces de sus asambleas tan diversas:
Recuerden también que el estribillo de “Las Apariciones Guadalupanas” (FC3 424) es muy fácil de seguir y cantar por todos.
Hermanos y hermanas, re ejemos la humildad y sencillez de San Juan Diego, para que todos seamos parte del gran milagro de las rosas.